Cuando era muy pequeña, cursando los finales años de la escolaridad primaria, comenzaron mis preguntas incómodas de la filosofía de vida. Mis padres, que se reconocían incompetentes y abiertamente me confirmaban que su escolaridad primaria (únicos estudios) era insuficientes para responderme, me propusieron que defina y experimente la vida, que nada me condicione y que, mientras sea responsable de mis decisiones, serían respetadas…. pero…. fue una respuesta la que me dio la idea de máxima posibilidad e ilimitada del estilo de vida adulta que se iniciaría solo en base a mi elección y que sería acompañada en mi aventura.
Fueron pioneros en muchas actividades, en muchas actitudes y en muchos emprendimientos. La consigna de vida era responder la siguiente idea:
1. Cuando te respondas esta pregunta, estarás lista para ser autónoma: “dios creó al hombre o el hombre creó a dios”.
La pucha qué enorme labor de investigación me proponían partiendo de… la vida cotidiana es el peor desastre que la humanidad pueda conocer, cuando se pierde la empatía, la comprensión del otro.
2. Segunda intriga: “los valores y las normas son universales?” Cada vez más estaba embarcada en un viaje sin retorno. No había adoctrinamiento ni espacios limitantes.
3. “Sé feliz, busca la/tu felicidad que es lo único que recordarás en momentos difíciles”.
Me sentía un cóndor y empezaba a vivir mi propio vuelo. Apareció el Propósito e iniciaba la vida.
Y comencé a leer libros en las Bibliotecas públicas ante la ausencia de libros accesibles, hasta que inicié mi Biblioteca personal. Y me incliné por Historias, primero libros de historias comunes, cuentos, relatos, luego descubrí los de la vida en Argentina, costumbristas y finalmente la historia del mundo.
Allí seguían apareciendo dudas: ¿Qué significa la pregunta por la felicidad como desafío? La cuestión de la felicidad es sólo una cuestión individual, hasta que converge en colectiva, social, de hermandad.
Me sentía revolucionada, podía navegar imaginariamente por los mares que quisiera, andar y desandar los caminos que elija.
¿Cuál es la crítica a ese modo de acción? El individualismo, para lo cual, otra historia me hizo despertar: LA REVOLUCIÓN FRANCESA y a falta de Dogmas religiosos, ingresaban infinidad de miradas a elegir.
¿Qué diferencia hay con la década del ’70? Ninguna… Autonomía significaba la capacidad de la sociedad para crear formas de vida independientes de dominio de cualquier orden. Abandoné la idea del trabajo dependiente y comencé a producir mis propios ingresos, dando clases particulares a vecinos más pequeños, voluntariado en el Hospital de Niños, inicié mis estudios de grado para evitar depender del despotismo del Capital para poder sobrevivir.
Nunca supe si era de derecha o de izquierdas, tenía solo 3 mandamientos: SOLIDARIDAD, IGUALDAD Y LIBERTAD.
La acción política de organización de los empleados era para mí una tarea incómoda y confusa. La organización social que los obliga, somete, hecho de que el empleo parece, hasta este momento, inorganizable.
Trabajo es otra cosa, trabajo es transformación.
O te conviertes en el nuevo esclavo subsumido a las organizaciones de tercer grado, mutualismo, gremialismo, colegios profesionales, asociaciones, cooperativas, etc. donde se pierde la libertad en su mejor expresión.
¿Qué formas tienen hoy la capacidad de orientar en sentido emancipatorio el imaginario social? La Imaginación, el Propósito, la Convicción y el Conocimiento. La relación entre factores de orientación imaginaria colectiva es una relación asimétrica, impredecible, irreductible a cualquier simplificación o a cualquier moralismo.
Se llama CORAJE.
La actitud esperada es, animarse a volar el primer vuelo del cóndor.
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